La tala indiscriminada de bosques y la forma destructiva como vivimos han generado huracanes, incremento de las temperaturas, contaminación atmosférica, gases de efecto invernadero, lo que sumado al deshielo de las capas polares y a los cambios de usos del suelo llevan a la destrucción del hábitat y a poner en grave riesgo la continuidad de la vida en el planeta.
Una de las acciones que debemos emprender es la siembra masiva de árboles. Cuando sembramos árboles nativos en nuestros parques, cuencas de quebradas o espacios como huertas, ayudamos a cuidar nuestro planeta ya que los seres humanos cuando respiramos el oxígeno de la atmósfera, expulsamos CO2, los árboles hacen todo lo contrario, por eso su ayuda es vital para purificar el aire, pues capturan el CO2 y lo transforman en oxígeno.
Los árboles reducen la temperatura del suelo y evitan la erosión formando suelos fértiles y sirviendo de filtro ambiental al recoger las partículas de polvo que se encuentran en el ambiente. Sirven de barrera ambiental para contener el ruido y protegen el agua, lo que evita inundaciones. Captan el líquido para los acuíferos y al mismo tiempo dan firmeza y regeneran los nutrientes del suelo. Cuando sembramos uno o varios árboles, la vegetación funciona como pequeños ecosistemas que propician el establecimiento de otras especies donde viven animales e insectos que interactúan entre sí sirviendo como refugios para la fauna. Por esto sembrar árboles es mejorar el planeta.
Gabriel Jaime Rico Betancur